A farmer separates coffee berries from leaves in a Brazilian plantation.Patricia Monteiro / Bloomberg
In the last weeks of July, the southern mountains of Brazil were covered with a thin layer of snow, a relatively rare sight for a country not used to these phenomena. A little further north, the cold (some parts of the State of São Paulo registered temperatures below zero) was a new disaster for coffee producers. Added to a drought that had lasted for months, the phenomenon practically put an end to the illusions of a large harvest in 2022 that would allow
stocks
to recover
. "It is still too early to know the real size of the damage," explains Carlos Mera, director of Market Research for
Agricultural
Commodities
at Rabobank in London
, by videoconference
. "The estimates are between two and six million bags less, which is a huge margin."
Bad news for a market that was already suffering from the logistics crisis and the restrictions derived from the covid (especially in Vietnam, a large producer). “Coffee is a plant that grows in cycles, it has a good year and a bad year,” says Geordie Wilkes, research director at Sucden Financial, by videoconference. "This year was going to be a bad year, and a big harvest was expected in 2023." But the bad season in Brazil can affect subsequent years. “The drought has caused many young trees to have died or had to be replanted. And it takes about three years for a tree to bear fruit, ”Mera explains. "And if the rains return, the trees bloom and the weather dries up again, the flowers fall and that is a harvest that is lost."
To this must be added the logistics crisis, which still has no signs of ending.
"Container prices in Vietnam have multiplied by more than 10," Mera recalls.
"That has caused panic among roasters and distributors."
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All that uncertainty has been noticed in the prices.
In August, rubiaceous prices rose again for the tenth consecutive month to exceed $ 1.60 per pound, 51.3% more compared to October 2020, according to the World Coffee Organization (ICO, in its acronym in English).
Coffee production in the world
Harvest 2020.
In bags of 60 kilos
Brazil
69,000
Vietnam
29,000
Central America
19,542
60,000
80,000
Africa
Varieties
18,514
Colombia
Arabica
60%
105,262
14,300
Indonesia
12,100
Rest of Asia and Oceania
7,986
Rest of South America
Robust
40%
70,086
4,905
20,000
40,000
0
Daily price
180 cents / pound
160
140
120
100
80
Jan 2019
Nov. 2019
Sep. 2020
Oct. 2017
Jul. 2021
Source: International Coffee Organization.
THE COUNTRY
Coffee production in the world
Harvest 2020.
In bags of 60 kilos
Brazil
69,000
Vietnam
29,000
Central America
19,542
60,000
80,000
Africa
Varieties
18,514
Colombia
Arabica
60%
105,262
14,300
Indonesia
12,100
Rest of Asia and Oceania
7,986
Rest of South America
Robust
40%
70,086
4,905
20,000
40,000
0
Daily price
180 cents / pound
160
140
120
100
80
Jan 2019
Nov. 2019
Sep. 2020
Oct. 2017
Jul. 2021
Source: International Coffee Organization.
THE COUNTRY
Coffee production in the world
Harvest 2020.
In bags of 60 kilos
Varieties
Brazil
69,000
Vietnam
Arabica
60%
105,262
29,000
Central America
19,542
Africa
18,514
Colombia
14,300
Indonesia
12,100
Robust
40%
70,086
Rest of Asia and Oceania
7,986
Rest of South America
4,905
20,000
40,000
60,000
80,000
0
Daily price
180 cents / pound
160
140
120
100
80
Jan 2019
Nov. 2019
Sep. 2020
Oct. 2017
Jul. 2021
Source: International Coffee Organization.
THE COUNTRY
Y, de los mercados internacionales, ya se está empezando a ver en la taza de cada mañana. “Se está notando cada vez más en el coste de las compras, porque los precios están creciendo a dos cifras”, indica por teléfono Rafael Piñera, gerente de la firma asturiana Cafés Oquendo. “No se puede saber cuándo va a ser el impacto, porque cada empresa se planifica de una forma distinta, pero quien no lo haya repercutido hasta ahora lo tendrá que hacer en el futuro”.
Mercado volátil
El cafetero es un mercado sometido a mucha volatilidad por dos motivos: el primero, el cafeto es un árbol frágil, especialmente los de la variedad arábica (de los que sale el 60% de la producción mundial, la de mejor calidad) y susceptible a las variaciones meteorológicas y a las enfermedades. El segundo, porque el café es uno de estos pequeños placeres de los que los consumidores encuentran muy difícil prescindir. “Eso sugiere que conforme vayan subiendo los precios, habrá una reducción limitada en la demanda”, explica el último informe de Sucden Financial. Según la ICO, el consumo global de café de la cosecha 2020/21 fue un 1,9% más alto que el del período anterior, con pandemia y todo.
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Eso hace que en un entorno de cambio climático, en el que todos los cultivos ya están empezando a verse afectados de una manera o de otra, el café esté entre los principales candidatos para ser una de las primeras víctimas. Paradójicamente, una interpretación equívoca de lo que significa el cambio climático está detrás de muchas de las pérdidas de esta cosecha en Brasil. “Hace como 20 años que no ocurría una helada como la del pasado 20 de junio”, explica Mera. “Muchos productores, esperando que por el calentamiento global no volviesen a darse situaciones como esta, han cultivado en regiones más susceptibles a las heladas”. El país sudamericano, naturalmente, no va a ser el único afectado. “El cambio climático ya está impactando las condiciones de producción en todo el mundo”, considera Wilkes. “Van a ser tiempos problemáticos y volátiles”.
Y la volatilidad es justo lo que no necesitaban unos productores fragilizados después de largos períodos de precios bajos. “El problema principal es que, con muy pocas excepciones, los productores mundiales se han pasado los últimos 20 años produciendo por debajo del coste”, comenta por correo electrónico Maja Wallengrén, analista y autora del blog Spilling the Beans. “El café es un cultivo muy susceptible al cambio climático, pero en las regiones donde el cultivo se ha cuidado bien, se han aplicado los insumos necesarios, renovando en tiempo y forma y resembrando con variedades mejoradas, más resistentes a las plagas y más productivas, el impacto está siendo mucho menor. Pero las sucesivas crisis han llevado a que, en gran parte de los países productores, muchos cultivadores hayan visto reducirse el tamaño de sus parcelas de modo a que ya no pueden ni siquiera vivir del café”.
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“El café es especialmente tendente al minifundio, porque crece en regiones montañosas”, explica Elisabeth Shapiro, profesora de Gestión y Políticas Medioambientales de la Universidad de Duke (EE UU). “Si empieza a faltar agua en las partes bajas de las laderas, en muchos casos la gente va a tener los recursos hídricos necesarios para subir las colinas”. “Muchos productores van a pasar a buscar cultivos en mayor altura, y eso dificulta la mecanización”, coincide Wilkes.
Tanto o incluso más que a la cantidad, el riesgo del cambio climático en la producción cafetera afecta a la calidad del producto. “Una de las soluciones que se presentan es desarrollar nuevas varietales, pero desarrollar una nueva varietal suele representar un deterioro de la calidad”, explica Shapiro. Pero no es el único efecto de los cambios. “El secado del café se hace al aire libre”, recuerda Shapiro. “Con los cambios de las estaciones, si le llueve al café durante la estación seca su calidad sale perdiendo”. Esto es fundamental, porque a muchos torrefactores no les vale cualquier café. “La mezcla es lo último que tocaríamos”, afirma Piñera. “Si lo hacemos, el consumidor se da cuenta”.