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Las razones ocultas de por qué el Gobierno ahora autorizó a las provincias a comprar vacunas

2021-04-11T11:02:14.800Z


El presidente Alberto Fernández rechazó hasta principios de año pedidos de los gobernadores en ese sentido. Pero esta semana el jefe de Gabinete ante la escasez hizo un giro cuando en el mercado internacional casi no hay oferta.


Nicolás Wiñazki

10/04/2021 22:01

  • Clarín.com
  • Política
Actualizado al 10/04/2021 22:01

Desde que se dieron a conocer los avances más adelantados de las diferentes vacunas contra el Covid-19 fueron varios los gobernadores que intentaron avanzar en negociaciones para comprar con finanzas de sus provincias la mayor cantidad de dosis posibles para inocular a los ciudadanos de sus distritos.

Todo empezó y terminó entre los últimos meses del 2020 y en enero del 2021.

Fue el Gobierno Nacional el que les informó a los mandatarios, oficialistas y opositores, que sólo el Estado Nacional adquiriría ese material crucial para mitigar el avance de la pandemia. El ex ministro de Salud, Ginés González García, repitió en varias reuniones del Consejo Federal de Salud (COFESA) que la Casa Rosada tendría el monopolio de la adquisición de las vacunas.

Los ministros que integran ese organismo le habían insistido para que habilite de modo oficial a sus jefes provinciales para potenciar las ofertas nacionales a los laboratorios y los gobiernos del extranjero que salieron en su momento al mercado internacional a ofrecer, o a dar a conocer, que tenían sus vacunas anti coronavirus. Eso pasó aunque sus productos estaban, en el tercer trimestre del 2020, en diferentes fases de estudio científicos y sin aprobación final de los organismos de control extranjeros.

Esta semana, de modo sorpresivo, y frente a la escasez de vacunas que preocupa a las autoridades políticas argentinas, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, afirmó en declaraciones públicas que ninguna ley prohibía a gobernadores, al jefe porteño Horacio Rodríguez Larreta, o hasta emprendedores privados a adquirir vacunas contra el Covid-19 si es que podían hacerlo por su cuenta.

La estrategia nacional cambió de repente.

En rigor, no eran las normas jurídicas las que frenaban la libre demanda del capitalismo sanitario descentralizado de la Argentina con los países fabricantes de las nuevas vacunas. Había sido el propio Gobierno el que les había ordenado a los jefes de las provincias, y al alcalde de la Ciudad de Buenos Aires, de modo informal pero a través de diálogos que se fueron repitiendo en los últimos meses, que no se les permitiría "salir" al mundo pandémico a comprar vacunas.

Así se lo confirmaron a Clarín fuentes calificadas oficiales y también líderes territoriales del interior que plantearon sus intenciones sobre la compra de vacunas ante el propio presidente Alberto Fernández.

El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, por ejemplo, avanzó en diciembre pasado en diálogos sobre este tema con el embajador de China en la Argentina, Zou Xialoi. El diplomático se sinceró: no podía venderle a Jujuy ninguna de las vacunas producidas en su país porque el acuerdo tácito con la Casa Rosada es que esas transacciones solo se concretarían de Estado a Estado.

"Recién ahora nos autorizan a comprar vacunas, pero ya no hay vacunas. Luego del fracaso de ellos (por la Casa Rosada) ahora nos quieren tirar la pelota a nosotros", se quejó otro gobernador ante una consulta de Clarín pero pidiendo anonimato para develar su versión.

El 27 de enero pasado, un grupo de gobernadores le pidió en conjunto al propio presidente Fernández que l les diera libertad para tratar de sumarse al difícil objetivo de conseguir vacunas anti coronavirus. Argumentaron que cada uno de ellos conocían a embajadores de las países más desarrollados del planeta porque existen inversiones en sus distritos de esas naciones, además de que podrían conseguir los recursos propios para pagar las dosis que pudieran obtener.

Son profesionales del poder con contactos con los laboratorios de medicinas, lobistas en diferentes capitales del planeta, y operadores de todo tipo capaces de desplegar sus influencias.

Según tres fuentes del peronismo y del oficialismo que conocen la trastienda de esta historia, la insistencia colectiva de los gobernadores a Fernández ocurrió entre el 26 y el 27 de enero. Y el diálogo no transcurrió en la Argentina. Fue en Chile, país al que viajó el Presidente junto a una comitiva de mandatarios provinciales que plantearon su inquietud.

Las fuentes consultadas a Clarín aseguraron que los que insistieron para intentar la compra de vacunas por su propia cuenta fueron el gobernador de San Juan, Sergio Uñac; el de La Rioja, Ricardo Quintela; el de Catamarca, Oscar Jalil, y el de Salta, Gustavo Sáenz.

Quien les reafirmó que solo sería la Casa Rosada la que negociaría la adquisición de las vacunas contra el Covid-19 fue el aun ministro de Salud, Ginés González García, que viajó a Santiago de Chile, entre otras cosas, porque fue embajador de la Argentina en esa ciudad durante muchos años.

Usó el mismo argumento que ya había explicado en las reuniones del COFESA con los ministros de Salud de esas provincias, y de otros distritos, como la administración de la Ciudad de Buenos Aires, cuyo funcionario encargado del área de Salud es Fernán Quirós.

Tras las declaraciones de Cafiero, la Jefatura Porteña dejó trascender que iniciaría gestiones para intentar comprar vacunas contra el Covid-19.

El ministro Quirós fue cauto y declaró en los medios que se trata, en estos momentos de pandemia y falta de vacunas en varios de los países más poderosos del planeta, de acciones que no pueden conducir a resultados en el corto plazo.

"El debate por la compra de vacunas es un debate abstracto. Las vacunas que proveen estados, como China y Rusia, solo lo hacen para estados nacionales; y las que producen empresas privadas, ya han comprometido toda su producción anual hace muchísimos meses", sentó posición Quirós en una entrevista con CNN Radio.

La Jefatura Porteña efectivamente empezó a contactar el viernes pasado a laboratorios internacionales que producen las inoculaciones contra el coronavirus. La respuesta fue lo dicho por Quirós: nada hasta fin de año, como mínimo.

Tras la sorpresiva "habilitación" de Cafiero a las provincias y la Ciudad para que intentan abastecer de vacunas a sus distritos de modo separado a la Nación, uno de los laboratorios que se transformó en el más preciado por los posibles compradores provinciales o los privados es Pfizer, que había iniciado importantes avances con la Casa Rosada para entregar dosis de sus vacunas a la Argentina, proceso que quedó en la nada y sin que haya explicación oficial concreta sobre el por qué de esa suspensión de un contrato que se estaba por cerrar.

Fuentes del mercado privado de la salud aseguraron a este diario que Pfizer no tendría interés en vender sus vacunas a estados provinciales pasando por encima de lo ya hablado pero aun trabado con los funcionarios nacionales.

Una funcionaria de absoluta confianza de Alberto Fernández, la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, sigue trabajando con las autoridades de Pfizer para cerrar el trato tan dilatado.

El tiempo dirá.

Los diferentes mandatarios o ministros que volvieron a buscar comunicación con otros laboratorios internacionales que producen vacunas coinciden: Moderna aun no vendió ni una dosis fuera de los Estados Unidos. Y Johnson & Johnson estaría en contacto con la Casa Rosada desde hace al menos tres semanas sondeando la chance de vender sus productos pero, otra vez, solo a la Casa Rosada.

¿Por qué el Gobierno cambió su postura sobre la apertura a las provincias o privados para que ahora sí intenten comprar vacunas?

El Presidente se había enojado con la oposición sobre este punto en particular el pasado 1 de abril: "Ayúdenme a conseguir vacunas, si a ustedes el mundo los ama", ironizó en una entrevista con Radio 10, aunque criticando en particular al ex presidente Mauricio Macri.

Todo ocurre en momento crítico de la pandemia, con la segunda ola azotando a la población, con nuevas restricciones para evitar contagios y con falta de vacunas para mitigar el posible drama.

El ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, declaró el viernes pasado que si no llegan nuevas dosis de vacunas al país, su gestión deberá frenar la inoculación el próximo miércoles.

Fuentes de la Jefatura Porteña calculan que a mitad de semana también se podrían quedar sin stock por el nivel de vacunación avanzado que se logró en la Capital Federal.

Una versión del Gobierno, siempre informal, indica que hacia el 15 de abril o en los días posteriores podrían llegar al país tres millones de dosis de vacunas diferentes contra el Covid-19: las producidas por el laboratorio chino Sinopharm; las llamadas Covishield, similares a las de AstraZeneca pero fabricadas en la India, que habría cerrado sus fronteras. Y, atención: la Casa Rosada podría comprarle otro importante lote de dosis de AstraZeneca al gobierno de los Estados Unidos.

Source: clarin

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