Las críticas venían esta vez de lugares muy diferentes, no solo de la oposición, sino de socios estratégicos como el PNV. Pero el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha insistido este miércoles en el Congreso que su intención es no prorrogar el estado de alarma más allá del 8 de mayo, cuando expira, y que tampoco ve necesario buscar otras alternativas legales. Sánchez ha defendido, frente a las dudas expresadas por buena parte de la Cámara, que las comunidades autónomas tienen “herramientas suficientes” para adoptar restricciones frente a la pandemia y que el control de esas decisiones corresponderá a los tribunales. Frente a la insistencia de distintos portavoces en conocer cuál es la alternativa legal al estado de alarma, Sánchez se ha limitado a sentenciar: “La alternativa es la vacunación”.
Sánchez ha comparecido este miércoles en el Parlamento para rendir cuentas sobre la gestión de la pandemia y del plan de ejecución de los multimillonarios fondos de ayuda europea. En su discurso inicial, centrado sobre todo en enviar un mensaje de optimismo sobre los efectos positivos que tendrá en la economía española este mismo año la llegada del dinero de la UE, el presidente ya ha insistido en que su “intención” es no prolongar el estado de alarma. Pese a admitir que hasta que se logre la inmunidad de grupo “no se puede seguir actuando como si el virus no existiese”, Sánchez no atisba que, salvo imprevistos, sea necesario prolongar la situación de excepcionalidad legal. Mientras no se alcance el 70% de la población vacunada que el Gobierno prevé para finales de agosto, la receta del presidente es “unidad”, “cogobernanza” con las comunidades autónomas y “responsabilidad individual”.
El PP, que ha mantenido en el último año posiciones contradictorias sobre el estado de alarma, ha evitado pedir su prolongación, pero su líder, Pablo Casado, ha insistido en reclamar una reforma urgente de la legislación sanitaria para dar más poderes a las comunidades autónomas. Casado ha explicado que su grupo ya ha registrado una iniciativa en ese sentido y que, según él, se podría aprobar en dos semanas por vía de urgencia.
Inés Arrimadas, de Ciudadanos, ha emplazado al presidente: “No se puede ir hoy de aquí sin explicar qué piensa hacer el 9 de mayo”. A esta exigencia se han ido sumando socios habituales del Gobierno, empezando por el PNV y con él, EH Bildu, PdeCAT, Más País o PRC. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, en un tono inusualmente incisivo con el Gobierno, ha acusado a Sánchez de planear “una temeridad”. Al igual que Ferran Bel, del PDeCAT, ha defendido que las comunidades autónomas no tienen potestad para aplicar medidas como los toques de queda y que el fin de la excepcionalidad legal provocará inseguridad jurídica porque los tribunales pueden emitir resoluciones contradictorias. Esteban ha pedido prolongar el estado de alarma mientras se negocia aprobar cuanto antes un nuevo marco legal.
Íñigo Errejón, de Más País, ha criticado el “desorden institucional” en la gestión de la pandemia, mientras que Mertxe Aizpurua, de EH Bildu, ha sido la más clara en reprochar algo que otros portavoces insinuaron también: que la actitud de Sánchez obedece a una mera estrategia ante las elecciones madrileñas. “Es insultante jugar con la salud en el ring electoral”, ha dicho con crudeza Aizpurua. Sánchez se ha encastillado en su posición, aunque siempre con la salvedad de cómo evolucione la pandemia y con ella las “recomendaciones científicas”.
Otros grupos se han limitado a felicitarse por el fin de un estado de alarma que, en su visión, solo ha contribuido a “atacar los derechos individuales”. En esa posición se han reunido las más extrañas compañías: Vox, la CUP y Foro Asturias. Los titubeos en la campaña de vacunación y las decisiones contradictorias antes los riesgos de efectos adversos de algunos de los fármacos también han unido en sus críticas a la oposición y a algunos aliados del Gobierno.
En plena carrera hacia las elecciones madrileñas del próximo 4 de mayo, el debate ha deparado un choque frontal de Sánchez con la derecha. Casado ha empezado su intervención espetando al presidente: “¿Usted quién se cree que es?”. Y poco después lo ha tachado hasta de “gafe”. En la réplica, Sánchez le ha acusado de “querer derrocar al Gobierno aprovechando la pandemia”. Tras intercambiar reproches y sarcasmos, el líder del PP ha cerrado su intervención de réplica invitando al presidente a vacunarse juntos para “dar tranquilidad” a la población. Tanto el dirigente popular como, en un tono mucho más exaltado, el líder de Vox, Santiago Abascal, han reprochado al presidente que abriese su intervención recordando que este miércoles 14 de abril se cumplen 90 años de la proclamación de la II República.
