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El comisario jubilado José Manuel Villarejo, a su llegada a la Audiencia Nacional, en San Fernando de Henares (Madrid), en febrero.Jesús Hellín (Europa Press)
El primer gran juicio contra el comisario jubilado José Manuel Villarejo, que se celebra desde octubre en la Audiencia Nacional, se ha adentrado en una nueva fase con la reproducción de los audios que el propio policía grabó durante años —y que trató de anular sin éxito al principio de la vista oral—. Este lunes, el tribunal ha escuchado uno de los encuentros que el antiguo agente de la Policía mantuvo en septiembre de 2013 con uno de sus clientes: los directivos del bufete Herrero & Asociados, que supuestamente le encargaron espiar a un despacho rival. Los magistrados han escuchado cómo, durante la conversación, el principal encausado explicaba a sus interlocutores que los informes que les facilitaría contendrían información obtenida de forma irregular: “Son informes con datos que hemos conseguido de aquella manera... Que no conviene poner a disposición de la justicia”.
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La reproducción de estas grabaciones inflige otro duro golpe a la defensa de Villarejo, para el que la Fiscalía Anticorrupción pide una condena de más de 100 años de cárcel. Según el ministerio público, que considera estos audios una de las pruebas clave de la causa, la trama obtenía de “forma ilícita” información de bases de datos confidenciales y la ponía a disposición de sus clientes, que pagaban al comisario cientos de miles de euros por ella. En el caso de Herrero & Asociados, el juez instructor calculó que llegó a abonarle al policía más de 300.000 euros.
A lo largo de la conversación escuchada este lunes, Villarejo detalla a sus clientes su modus operandi e, incluso, plantea a Herrero & Asociados la posibilidad de controlar a sus empleados. El comisario habla de vigilar la “conducta” de los trabajadores durante dos o tres días, y de supervisar sus llamadas. Precisamente, la Fiscalía sostiene que la trama accedía al tráfico de llamadas de las víctimas, y que facilitó el modelo tributario 347 de Balder, el despacho espiado. En ese sentido, el comisario le dice durante la charla a uno de sus interlocutores: “Tú sabes que eso es más ilegal que una patata. Sacar el 347...”.
Mario Carpintero, uno de los directivos de Herrero acusados en este juicio, admitió en la vista que Villarejo les proporcionó información confidencial de carácter fiscal y bancario; y que se le ofrecieron datos de llamadas. Durante su declaración, Carpintero explicó que intuía que el comisario pagaba a otros funcionarios para obtener el material sensible.
El comisario García Castaño
La magistrada Ángela Murillo, presidenta del tribunal, ha instado también este lunes a la defensa de Enrique García Castaño, otro de los comisarios acusados en la vista oral, a que asista sin falta a la sesión del martes. “Posiblemente, vayamos a suspender el juicio para él”, ha avanzado la jueza, en referencia al policía, que sufrió un ictus a principios de este mes de mayo. Su abogado había pedido a la Audiencia Nacional que nombrara a un forense para analizar su estado de salud y su posible inimputabilidad. García Castaño, conocido bajo el alias de El Gordo y uno de los supuestos colaboradores más asiduos de Villarejo, se enfrenta a una petición de la Fiscalía de más de 82 años de cárcel. “Todo el mundo conocía a Villarejo”, dijo el policía durante su declaración.
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