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Marcelo Longobardi: cómo fue el accidente de su mujer en Miami y el déjà vu que tuvo cuando la internaron

2023-02-02T20:00:21.197Z


El periodista habló con Clarín, contó cómo sigue su esposa y rememoró el dramático momento. Son las 11 de la mañana del lunes 30 de enero y Marcelo Longobardiestá sentado en la sala de espera del Mercy Hospital de Miami cuando, de repente, tiene un déjà vu. Aguarda el resultado de una tomografía computada que le están realizando a su esposa Laura tras un accidente en bicicleta y se le viene una clara imagen a la cabeza: "Está pasando otra vez". Se recuerda a él mismo. En su memoria apar


Son las 11 de la mañana del lunes 30 de enero y Marcelo Longobardiestá sentado en la sala de espera del Mercy Hospital de Miami cuando, de repente, tiene un déjà vu. Aguarda el resultado de una tomografía computada que le están realizando a su esposa Laura tras un accidente en bicicleta y se le viene una clara imagen a la cabeza: "Está pasando otra vez".

Se recuerda a él mismo. En su memoria aparece desplomado sobre el asiento de otra sala de espera, una década atrás y en Buenos Aires. Se visualiza allí. Está esperando también el resultado de una tomografía computada, pero a la que se sometió su hijo Ignacio, de 20 años (hoy tiene 30), quien perdió el equilibrio de manera abrupta y sospechan que podría tener un tumor en la cabeza.

En ese momento, el médico sale y le avisa que Nacho está sano. Y, entonces, con la sensación de haberse sacado una pesada preocupación de sus hombros, Longobardi se da cuenta del valor de la vida, de lo intangible, y los invita a Ignacio y a su novia, Catalina, a comer una pizza por Palermo.

Longobardi junto a Laura, su mujer.

Justo cuando está en eso, Fabián De Sousa, directivo de Radio 10, lo llama para anunciarle su despido de la emisora. Entonces él, mientras mira a su hijo y a su nuera sonrientes degustando una de muzzarella, no lo duda ni un segundo y contesta sin filtro: "Me chupa un huevo".

"Se me vino ese recuerdo a la cabeza, como si estuviera pasando eso otra vez", le cuenta ahora a Clarín, diez años después de aquel día de tensión en el hospital Fleni y de haber sido desafectado del medio comandado por Cristóbal López.

Es 2 de febrero y pasaron tres días desde que alguien atropelló a su esposa en las calles de Miami y siente lo mismo que en aquel momento: en ocasiones, los humanos hacemos foco en las cosas que realmente no tienen sentido.

"Estos episodios te movilizando todo. Todo. Es alucinante. Estoy en ese proceso, que está en desarrollo, ¿viste?", pregunta desde el otro lado del teléfono.

-¿Por qué?

-Es que decís 'wow', uno está preocupado por cosas menores. Y eso que esto (por el choque a su esposa) fue un accidente con suerte, imaginate un accidente con menos suerte. Yo soy consciente de que la verdad tuvimos mucho orto. Pudo haber sido una tragedia.

Longobardi junto a Laura, su esposa, en los Martín Fierro de 2018.

-¿Y qué pensás?

-Que uno está con la vida, con las cosas, con las corridas, con el laburo, con CNN, con la puta que lo parió, que la radio, que la cosa, que la tele, que el invitado... Uno está preocupado por un montón de cuestiones que después advertís que tenés una lista de temas que no tienen ninguna importancia.

Marcelo Longobardi, un llamado y el peor sentimiento: "Pensé que se había muerto"

-¿Qué fue lo que pasó? ¿Cómo se accidentó tu esposa?

-Antes quisiera contarte algo. Laura tuvo hace muchos años un accidente en el que se rompió los ligamentos de una gamba. Un caso en un millón esa operación sale mal. Y pasó eso: en vez de arreglarle la rodilla se la agravaron. Eso implicó que Laura durante mucho tiempo procurara recuperar la movilidad en su pierna sin éxito. Entonces, un día se le ocurrió andar en bicicleta.

-¿A qué nivel estaba afectada?

-Estaba con la rodilla inmovilizada, no podía ni bajar la escalera. Entonces se volvió ciclista para ver si podía finalmente después de un fracaso en conjunto de tratamientos kinesiológicos recuperar la movilidad de su rodilla. Y funcionó. Y los ciclistas son medio como compulsivos, ¿viste? Como los golfistas o tenistas. Así que Laura se volvió una ciclista importante, tiene mucho nivel. Corre carreras de montaña.

Longobardi le sacó una foto al casco y mostró cómo quedó abollado por el golpe. De fondo se ve a su esposa recostada en el hospital

-¿Y estaba corriendo una carrera cuando se accidentó ahora?

-No, estaba boludeando acá en Key Biscayne. No estaba ni corriendo ni entrenando. Había salido a andar en bici un ratito a la mañana. Y no sabemos quién la atropelló de atrás. Su entrenador, un venezolano que es campeón de la Florida de carrera de bicicleta, estudió la bicicleta y concluyó que fue atropellada de atrás por la velocidad que marcaban los indicadores del Garmin y la marca que tiene la bicicleta en el neumático trasero.

-¿Cómo te enteraste de lo que había pasado?

-A mí me llamó alguien por teléfono y me dijo "hola, ¿usted es Marcelo Longobardi? Su esposa acaba de tener un accidente, está frente al colegio Mast en Key Biscayne". Laura tuvo una amnesia de prácticamente 20 horas, así que yo presumo (lo que pasó), porque el tipo me llama del teléfono de Laura, es decir, yo no atendí a un teléfono desconocido. Yo vi el llamado y era Laura, pero era el gallego éste. Yo escuchaba gritos y quilombo.

-¿Te dijo alguna otra cosa?

-No, sólo me dijo: "Acá está Laura, su esposa, que tuvo un accidente y está en tal lugar".

-¿Qué fue lo primero que pensaste cuando escuchaste que te hablaba otra persona desde el teléfono de tu mujer?

-Que se había muerto. Obviamente los ciclistas tienen accidentes graves y quizá no había muerto, pero sí que había tenido un accidente grave. Pensé que la había pisado un auto, que es lo que suele ocurrir con los ciclistas. La habían atropellado y estaba muy lastimada como consecuencia de un accidente automovilístico contra la bicicleta, que por supuesto no lo puedo determinar.

-¿Por qué?

-No tuve tiempo de hacer la denuncia ante la Policía, que me lo pidió el hospital. No me dio el tiempo todavía. Estuve ocupado con los médicos, con las resonancias, con las nenas, con el colegio, ¿entendés? Pero tengo que ir para eventualmente ver, si sirve para algo, cómo fue el accidente.

Longobardi junto a sus hijas mellizas, quienes viven con él y su esposa en Miami. Foto: Instagram

-¿No había cámaras ahí?

-Sí, está lleno, obviamente. Acá se corta la luz y vienen los bomberos. Pero no me dio el tiempo, hasta ayer al mediodía estuve ocupado con el hospital y los neurólogos.

-Volvamos al llamado. ¿Cómo supo el español que te tenía que llamar a vos?

-Se ve que Laura no estaba tan inconsciente porque ella no se acuerda, y me dijo Ramón Leiguarda (el neurólogo que sigue el caso desde Argentina) que nunca se iba a acordar, pero llegó a darle el teléfono a esa persona que no sabemos quién es y le dijo "llamá a tal". Ella no tiene forma de reconstruirlo. Incluso Laura no se acordaba en el hospital ni de quién era yo.

La amnesia, el hospital y el llamado que no le llegó

"El tema de la amnesia es alucinante. Es como que tu mujer llegue a tu casa y te diga: '¿Y vos quién sos?'. Es algo asombroso porque vos te das cuenta de que una persona no tiene la más puta idea de nada", explica desde Miami.

Y continúa con su relato: "Cuando llego al lugar se la había llevado una ambulancia. Como Laura tiene, como todos los ciclistas, una pulsera con un teléfono de emergencia, llamaron ahí. Pero está el número de una amiga nuestra de Estados Unidos. No está mi número porque yo suelo estar al aire y si hay un accidente y yo estoy grabando no puedo atender el teléfono. Desde la ambulancia la llamaron a la amiga de Laura, que se llama Andrea, y le dijeron "Estamos yendo al Mercy Hospital".

-¿Luego qué pasó?

-La internaron de emergencia. Desde el lunes a las 8 o 9 de la mañana hasta las 7 de la tarde en un estado muy lastimado, con muchas marcas en el cuerpo y totalmente amnésica. Nunca perdió el conocimiento. Me explicaron los neurólogos de acá (por Miami) que es normal. Pero perdió la memoria durante 20 horas.

Otra imagen del caso que llevaba puesto Laura y salvó su vida.

-¿Qué te decía?

-"Marce, ¿qué hora es? ¿Y qué hago acá? ¿Y vos quién sos?". Y entonces de nuevo, "¿y qué hora es?". Tuve horas de conversaciones absurdas con ella, muy interesante el fenómeno. Yo entré a la sala de emergencia del hospital y lo primero vi es que no tenía huesos rotos y que podía hablar. Ella estuvo en emergencia hasta las 7 de la tarde del lunes. Ahí le hicieron un scan en la cabeza y la chequearon toda.

-¿Y qué les dijeron?

-Lo primero que recibo yo de un médico de emergencia es: "En principio en la cabeza no tiene nada adentro, pero creo que tiene una lesión en el cuello". Eso se descartó al día siguiente que le hicieron un scan en la columna vertebral y en el cuello, y por supuesto tomografías en la cabeza. Eso arrojó que no tenía lesiones internas que era lo más grave de todo. Me explicaron que la amnesia era básicamente lógica ante un shock semejante. Me dijo Leiguarda que nunca se va a acordar (de lo que pasó), que aunque haga el esfuerzo más encomiable nunca se va a acordar porque el cerebro te lo borra. Así que no hay manera.

-¿Cuándo le dieron el alta?

-Estuvo internada hasta ayer (por el miércoles) al mediodía después de una enorme montaña de chequeos.

-¿En una sala común?

-Sí, no llegó a terapia. Los tipos evaluaron que no tenía nada adentro de la cabeza.

-¿Ahora cómo está?

-Durmiendo. Je... Está bien, está bien. A ver, mientras estaba en emergencias y estaba con amnesia, estaba bastante bien. El problema fue al día siguiente que empezaron los efectos de los golpes. Está toda raspada, tiene un hombro que parece una manzana. Terrible. Ahora está muy mejorada porque está en casa. Esa cara de tragedia, ojerosa, hecha mierda, se le fue. Pero está toda vendada en el brazo izquierdo, tiene lastimada la rodilla y dolores de cabeza que son naturales. Pero no toma ningún medicamento especial para el dolor de cabeza, sólo Ibuprofeno o Paracetamol.

-¿Lo único que le queda es hacer reposo?

-Sí, yo le saqué una foto cuando nos fuimos del hospital ayer a un pizarrón. Los personajes que van interviniendo, médicos, enfermeras, neurólogas, qué sé yo, se ve que van y miran el pizarrón en el momento de actuar. Cuando me fui le saqué una foto y decía: "Medicación Tylenol (aquí conocido como Paracetamol)", con lo cual yo me fui tranquilo. Si sólo tomaba eso era porque no era tan dramático su estado.

El pizarrón que había en la habitación de la mujer de Longobardi en el Mercy Hospital

​-¿Vos cómo estás?

-Yo, cuando hay una crisis, me pongo activo. No me tiro por la ventana. Laura no puede cocinar, no puede hacer nada. Reposo total. Así que estoy haciendo de madre, de cocinero, voy a la tintorería. Todo. En el momento vos no te das cuenta de lo que está pasando. Esto no fue ninguna boludez, pero hay cosas más graves.

-¿Por qué creés que se salvó?

-Por el casco. Si no lo hubiera tenido, hubiera tenido la cabeza rota. La salvó el casco.

JA

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Source: clarin

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