Por The Associated Press
Una mujer estadounidense que se declaró culpable de ayudar a matar a su propia madre y meter el cadáver en una maleta durante unas vacaciones de lujo en Bali fue sentenciada a 26 años en una audiencia que se celebró este miércoles en Chicago.
El juez Matthew Kennelly dio crédito a Mack por los casi dos años que pasó detenida en Chicago mientras esperaba su juicio, después de regresar en 2021. El abogado de Mack, Michael Leonard, precisó que su sentencia formal será de alrededor de 23 años en total.
Los prisioneros federales también reciben crédito por buen comportamiento, aproximadamente 50 días por cada año.
Los fiscales federales habían recomendado una pena de 28 años de prisión para Heather Mack, que era considerablemente más tiempo tras las rejas de lo que se esperaba que solicitaran los abogados defensores, antes de que fuera condenada por conspirar para matar a Sheila von Wiese-Mack en 2014.
Heather Mack de Chicago, Illinois, de pie dentro de una celda antes de un juicio en Bali, Indonesia, miércoles 11 de marzo de 2015. Firdia Lisnawati / AP
El Gobierno también quería que Mack, de 28 años, recibiera cinco años de libertad supervisada, una multa de 250,000 dólares y una restitución por otros 262,708. La semana pasada, los fiscales dijeron que la sentencia recomendada estaba "justificada y es suficiente, pero no mayor de lo necesario para servir un castigo justo y apropiado por el atroz crimen de Mack”.
La audiencia de sentencia comenzó el miércoles por la mañana con el testimonio de Bill Wiese, hermano de Wiese-Mack y tío de Mack. El hombre pidió al juez Matthew Kennelly que impusiera la máxima sentencia posible, asegurando que su sobrina nunca había mostrado remordimiento.
“Si de mí dependiera,Heather pasaría el resto de su vida tras las rejas”, dijo Wiese.
Mack, que vestía un uniforme y zapatos naranjas, así como lentes, permaneció casi impasible mientras su tío hablaba, mirando de vez en cuando a los asistentes y dedicando pequeñas sonrisas a algunos.
Mack se declaró culpable el pasado junio de un cargo de conspiración para matar a von Wiese-Mack con su entonces novio para acceder a un fideicomiso de 1.5 millones de dólares. Según la acusación, la joven, que entonces tenía 18 años y estaba embarazada, le tapó la boca a su madre mientras Tommy Schaefer la golpeaba con un frutero dentro de una habitación de hotel.
Los fiscales han dicho que Mack y Schaefer habían planeado el asesinato durante meses y que las pruebas de video los mostraban intentando meter la pequeña maleta que contenía el cuerpo de Wiese-Mack en un taxi indonesio. La historia atrajo la atención internacional en parte por las fotografías de la valija, que parecía demasiado pequeña para contener el cadáver de la víctima.
Mack, que vivía con su madre en Oak Park, en los suburbios de Chicago, cumplió siete años de su sentencia de 10 en Indonesia por su condena en 2015, al ser cómplice del asesinato de Wiese-Mack. Fue deportada en 2021 y agentes estadounidenses la detuvieron a su llegada al aeropuerto internacional O’Hare de Chicago.
Heather Mack es escoltada por agentes de policía a su llegada a la sala del tribunal para su audiencia de sentencia en Denpasar, Bali, Indonesia, el 21 de abril de 2015.Firdia Lisnawati / AP file
La hija de Mack, que entonces tenía 6 años, estaba con ella cuando fue detenida. La niña fue entregada a un familiar tras una lucha por su custodia.
Los abogados de Mack solicitaban una pena de 15 años de prisión, pero con el reconocimiento del tiempo servido en la prisión de Indonesia.
“Para los contribuyentes, incurrir en cientos de miles o millones de dólares para encarcelar a la Sra. Mack durante un largo período en la Oficina de Prisiones es particularmente innecesario”, señaló el abogado Michael Leonard en una reciente audiencia ante el tribunal.
El acuerdo de culpabilidad prevía una condena no superior a 28 años y la retirada de otros dos cargos contra Mack.
Schaefer fue declarado culpable de asesinato y cumple una condena de 18 años en Indonesia. Está imputado en la misma acusación estadounidense. Su madre, Kia Walker, asistió a la audiencia de sentencia de Mack.